«Ginger Maiden no es un nuevo producto», diréis algunos. En efecto, esta es la tercera cocción, el tercer año consecutivo que elaboramos este hidromiel. Sin embargo, en nuestro afán de inovar y en nuestra apuesta por la mejora continua, en la edición de este año le hemos dado una vuelta de tuerca más a la receta… Y por supuesto, queríamos contároslo:
Como ya os comentamos en su día a través de nuestras RRSS, el pasado mes de noviembre, nuestro compañero José acudió en representación de Viking Bad, a la IIº edición de la conferencia anual de la EMMA (European Mead Makers Association), que tuvo lugar en Poznan (Polonia). Allí tuvo interesantes conversaciones con varios compañeros hidromeleros y en particular le resultó bastante inspiradora la conferencia del presidente de la EMMA, sobre el uso de levaduras salvajes. De modo que nos liamos la manta a la cabeza y el resultado es el lote de Ginger Maiden de este año.
Como ya sabrán los que hayan probado esta referencia de hidromiel, en Ginger Maiden el jengibre es el elemento central del producto. Teníamos muy claro que no queríamos hacer un hidromiel con un suave toque a jengibre, sino que queríamos que que cada sorbo fuera un ardiente beso de jengibre. Solemos decir que «la reina ha afilado la lanza y está muy cabreada», a la gente que se lleva a equívoco porque salga «una chica» en la etiqueta. Queríamos pues reforzar ese caracter arrancando la fermentación con un cultivo genuino del propio jengibre.
Existe una bebida fermentada de jengibre, con bastante raigambre desde el siglo XIX en el mundo anglosajón, la ginger ale. Esta bebida se produce tradicionalmente a partir del cultivo microbiano propio del jengibre, las levaduras y bacterias que habitan de forma natural en el jengibre, principalmente en la piel de los rizomas. Para arrancar la fermentación se prepara un starter conocido como ginger bug, la «madre del jengibre» como se denominaría en castellano.
Y este fue el camino que seguimos para arrancar la fermentación del lote de este año de Ginger Maiden, preparamos nuestro ginger bug a partir de jengibre ecológico rallado, y a partir de ese starter realizamos la primera inoculación del lote, al que fuimos incorporando, conforme iba avanzando la fermentación, las dos levaduras comerciales con las que se elaboramos habitualmente este hidromiel.
-El resultado:
Ginger Maiden (6%alc. seco, petillant) es un metheglin (hidromiel especiado) elaborado infusionando en el mosto jengibre fresco rallado a mano, y dejándolo macerar durante el proceso de fermentación. La modificación de este año ha sido satisfactorio, el sabor y aroma a jengibre es más rico y más matizado, menos agresivo, así que sin duda repetiremos en las siguientes cocciones.
Propuestas de maridaje: Creemos que es un hidromiel adecuado para disfrutar con comida asiática y mexicana, o simplemente con frutos secos y salazones. Perfectamente adecuado para ser usado en cocktelería reemplazando las ginger ales.
En una próxima publicación os propondremos la receta de un cocktail en el que Ginger Maiden tiene gran protagonismo 😉